lunes, 12 de abril de 2010

Insomnio


Hoy es la segunda noche que no puedo dormir, ni si quiera me ha interesado saber la hora, mi salto fugaz de la cama a esta computadora que últimamente se ha vuelto mi confidente en estos días de alejamientos no hace más que darme su luz, y mis ojos, cansados, rojos y con ganas de llorar, me hacen volver a ver la cama que no quiero ahora despeinar.

Mi cabeza no ha hecho más que hablar, he escrito un libro entero en estos dos últimos días, mi brazo derecho duele como nunca, no he pintado, he leído tanto como hace tiempo no lo hacia, he re-caminado mis alrededores, mi risa ha sido mi tranquilizante, su uso frecuente me garantiza que no tiene efectos secundarios,las ganas de fumar crecen, hay ideas naciendo por todos lados y las ganas de oler la ciudad también.

Desde un principio esta lejanía solo tenía de acompañante esta ligera maquinita, donde sentía que hablaba con el exterior atreves de mis letras (dentro de ella), ha sido como un desahogo total y un frenesí al hacer clic en publicar y transmitir lo que siento en un espacio compartido, es que hay tantas cosas dentro de mí que necesito despojarlas por lo menos algo, a ver si mi viaje se torna solo un poquito más ligero.

Hay unos ojos que alguna vez fueron míos, son los ojos más hermosos que yo podría haber conocido hasta ahora, con una mirada dolorosa, que cada vez que se encontraba con la mía se despojaba de su sufrimiento extraño y se tornaba única, digo que fueron míos porque ya hace algunas semanas no los he vuelto a ver y la verdad desconozco si sigan perteneciéndome, yo no sé nada de esos ojos, ya no sé si me quieren, ya no sé si me mirarían igual, yo no sé nada, ni una pizca de nada de ellos y eso ha sido un motivo para no poder dormir porque los he pensado como mi vida propia, como mi alma en los labios y como montón de hermosos versos, canciones y poemas que haya podido conocer.

Ellos no saben nada de mi, no saben donde estoy, no me buscan, no hacen nada para saber si sigo en mi mundito de colores y letras, simplemente esos ojitos de cristal con C de colores ya se han olvidado de mi, no me escriben, nada, simplemente siguen alimentando esta incertidumbre ante el futuro que nos espera, a esos ojos y a mi.

Y es que despojarme de ellos se me hace imposible, la vida se me va cada vez que pienso en dejar de recordarlos, las lágrimas aparecen en mis letras cada vez que pienso en ellos en un pasado, el dolor me hace recordar lo maravillosos recuerdos que la vida me ha dado para ver a través de ellos.

Me inspiran, me abandonan, me hacen abrazarlos y quererlos un poquito más aunque ellos tal vez ya no me quieran, es esa mirada la que extraño con todo mi aire, todo mi corazón y este se me hace tan chiquito, un nudo siento en la garganta, el sueño no aparece y tan solo las ganas de volver a la ciudad se incrementan por ellos.


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