viernes, 4 de noviembre de 2011

Decoro de luz

En algún momento de mi vida tuve una historia, duró lo necesario como para acordarme de lo vivido en esta joven noche de miradas naufragadas.

Hoy he visto un rasgo de ese pasado y las ganas de escribir vinieron a mis manos llenas de pintura.

Me ha servido de inspiración un último abrazo recibido, sus fuertes hombros y sus poéticas manos me han llevado a imaginar pasiones que nunca sucedieron, hoy, un viernes a las dos de la mañana, en medio de gigantes pinturas recicladas en este espacio que llamo tiempo libre, el tiempo se ha detenido para verlo en una parte de su vida feliz.

Sus grandes ojos negros me embellecieron, sus manos y poesía me pintaron de sudores imaginarios, su sonrisa me engalanó varias veces, y era yo la musa de su música poética de las madrugadas de aquellos días.

Recuerdo cuando lo vi por primera vez con las intenciones diferentes, la caminata frente a un río e interminables libros lo llevaron por los nervios a comprar su metamorfosis envuelto de Kafka, me enamoró efusivamente y no me di cuenta.

Su inteligencia era asombrosa, la facilidad que tenía para quedarme viendo su perfecta nariz era algo inexplicable. Su boca era una nube soleada que me invitaba a besarla en silencio.

Su perfume me vestía, sus zapatos me invitaban a bailar, sus piernas eran lo que alguna vez imagine dibujar, fue imperfectamente perfecto para mí.

Pasaba el tiempo y sus intenciones se intensificaban, las salidas al teatro, a ver cine independiente, las citas en el chat, y en las lunas, me regalaron muchas sonrisas y felicidades en un momento de mi vida donde la felicidad era mi mejor tesoro y la parte más millonaria de mi alma.

Le regalé dibujos, tiempos, sonrisas, ganas, poemas, palabras, caras sonrojadas y un beso en la mano.

Me inspiraba a besarlo en las solitarias noches que tenía en mi cama, cuando nos veíamos y no precisamente estábamos los dos solos, solo con mirar su boca llegaba a imaginar el recorrido de deliciosos besos y cánticos en algún estado de coma o en lugar parecido a la era romántica de otras vidas.

Hoy lo recuerdo y me es efímera las ganas que hoy han revivido, lo he visto en la más gloriosa y esplendorosa parte de su vida amorosa.

Y es que aun sabiendo de los pasos erróneos de su pasada experiencia, en esta imperfecta vida que a veces se manifiesta, puedo decir que es o en el presente caso fue, lo que justamente quiero ahora.

Físicamente fue lo que quise, dentro de mi alma lo que quería, era la luz que decoraba mi vida y ahora no entiendo porque no me permití vivirlo.

Ha pasado el tiempo, lo he vuelto a ver y la distancia ni la presencia no es suficiente para confundir los colores del universo que alguna vez conversamos sin vernos, pero con las ganas de atravesarlos juntos.

Dije que me enamoré, pero en realidad fue la espuma efervescente que ya descendió.

Hoy lo he visto feliz y enamorado con otro largo cabello negro y al escuchar melodías románticas, luego de haber pintado toda la noche, unas cuantas copas de vinos a solas con la media luna que me acompaña es este día festivo, lo recuerdo y he querido dedicarles estas letras que tal vez no llegue a leer nunca.

Lo he traído de vuelta a mi vida solo para disfrutar lo poco que vivimos y que con una rotunda negación mía terminó lo que nunca comenzó.

Creo que fue cobardía mía, me arrepiento de algunas cosas, de no aprovechar algunas oportunidades que sin prisa la vida puso en mi camino.

Se confundieron los colores y en ese tiempo con vientos sin malicias llegaban recuerdos del pasado y de un personaje del color de los árboles que no dejaba en paz esta cabeza hueca.

En fin… estos ojos ansían una historia y solo por hoy al ver sus ojos negros y grandes hombros, le dedico estas palabras que salen de la más ingenua inspiración……

Para ti….

Luz negra en caminos coloridos de callejones enamoradísimos e interminable esperas poética.