jueves, 25 de marzo de 2010

Volver a empezar.


Sin bien es cierto, durante toda mi vida no he dejado de escribir acerca del amor, pero de ese tipo de amor que nos lleva a la melancolía, de ese amor que nos hace llorar y vivir en una tristeza permanente, de ese tipo de amor desamorado ensuciado o alejado por el tiempo que nos rodea.

Esta vez, dejando a un lado las rimas, esas que hablan y no, esas que dicen, cantan pero a la vez callan y no dicen nada, abro mi corazón, despojándome de todo sentimiento que ha hecho derramar de mis ojos lágrimas incesantes, abro mi corazón dándome esta nueva oportunidad para sentir ese amor del que tanto he escrito, tanto he dibujado, tanto he cantado.

Es ahora, a mis 23 años, en donde por primera vez quiero que mi corazón rebose de ese amor que tengo para dar, sin necesidad de escribir y atraer dolores, lágrimas, muertes, soledades dañinas, es esta la vez, en donde me encuentro en una soledad maravillosa, viendo todo a mi alrededor con otros ojos, guardando y protegiendo mi corazón, para seguir endulzando este sentimiento tan grande que nos dio la vida al nacer, el amor, motor de nuestras ganas, de nuestras alegrías, nuestras metas, de nuestra alma.

Ahora puedo decir que he amado, he sido feliz, he sido autentica, luego de varios tropiezos, de engaños, de ilusiones, de noches sin dormir, de días sin comer, es ahora de donde me he levantado y quiero compartir estos sueños vividos, esos que están por venir, y esos en los cuales me divierto estando despierta.

Saliendo un poco de tormentos, mi corazón está ahora esperanzado y decidido, en encontrar y sentir nuevamente ese amor en mi corazón, amar profundamente, dar un beso en una boca dulce, sentir un abrazo de un caballero, de esos que con orgullo no sueltan tu mano, de esos que con su valentía te protege del mundo, de esos que existen allá por el futuro, y se acercan más al presente.
Para saborear lo antes mencionado, este corazón que escribe debe despojarse de unas cuantas libras de amor vivido, debe dejar que la memoria haga su trabajo con los recuerdos, y seguir con la batalla de sus anhelos, de esas ganas de ser feliz y cuidar su corazón.
Hay tanto por escribir, tanto por soñar, tanto por que luchar, tanto porque sentir. Sin mascaras, sin etiquetas, sin caras desconocidas, sin cobardías.

Hay de los esos ojos que hagan sentir a su corazón lo que el mío siente. Es una dicha incomparable, es un acto de valientes.
Pensar que los errores ajenos y nuestros, te ayudan a seguir creciendo, y vaya que he crecido.
Por eso ahora, empieza mi corazón a sentir y expresar sentimientos auténticos, deseos y sueños, cuentos y vivencias, que necesito compartir con ustedes, el mundo en donde vivo.

Bienvenidos.

No hay comentarios: